El pasado fin de semana tuvo lugar el homenaje a mi querido maestro Carlos de Aguilera, co-fundador de Adena (actual WWF/España), Jefe de los campamentos "Félix Rodríguez de la Fuente" en el Refugio de Rapaces de Montejo y Director del Club los Linces. El acto se celebró en Montejo de la Vega, nuestro Montejo, y para mi desgracia me fue imposible asistir. Por eso le escribí una carta que he querido compartir aquí con vosotros.
Carlos de Aguilera es alguien muy especial para mi. En aquellos años en los que mi vocación por la naturaleza se iba transformando en lo que daría sentido a mi vida, siempre conté con su apoyo. Un apoyo incondicional, leal y sincero. Fue en los inicios de los 80, recién desaparecido Félix, yo era un joven e inexperto naturalista enamorado de las aves silvestres y de la vida al aire libre. Carlos era un "gentleman" de vocación docente y divulgadora, y paso a ser algo así como mi segundo padre. Aún hoy nos seguimos escribiendo y a la menor oportunidad no dudamos en acudir el uno al otro para abrazarnos y conversar de nuestra pasión común: la naturaleza. Y con Carlos llevo en el corazón al resto de su familia, que es la mía (en la foto aparece con Chima, su hermosa mujer)
Valga este modesto apunte como muestra de mi reconocimiento, amistad y lealtad personal a uno de los grandes pioneros de la educación ambiental en España, junto al que viví, primero como acampado y luego como monitor, algunos de los veranos más felices e instructivos de mi vida. Nuestra amistad es desde entonces uno de mis mayores tesoros.
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