En la triste
semana negra del Toro de la Vega, esa macabra orgía de testoesterona tabernaria
y crueldad animal, me llega esta hermosa foto de NG, una instantánea captada en el preciso instante en el que un bombero
norteamericano acaba de rescatar a un gato de una casa que estaba ardiendo: una
imagen que viene a curar las dolorosas heridas del alma producidas por el linchamiento del pobre
Vulcano, el toro elegido por los torturadores este año.
Por
favor, no os perdáis la mirada de susto/agradecimiento del gato: acaba de nacer
una amistad para toda la vida. Vamos, como lo de Tordesillas pero exactamente lo
contrario.
Viva
el amor entre los seres humanos y los animales: amigos para siempre!
1 comentario:
Viva! lástima que no haya más gente que lo valore.
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