18 may 2010

EL RECELO AL TELÉFONO MÓVIL


Hace unos años todos los insecticidas que se vendían en España contenían un producto químico muy eficaz, el DDT. Las moscas y mosquitos caían a plomo en cuanto se rociaba la casa con él. Era espectacular. Los recuerdos de mi infancia permanecen asociados a ese olor inconfundible, muy irritante. Recuerdo como me lloraban los ojos cuando entraba en la casa de campo después de que mi madre la rociara con insecticida. Y luego la recuerdo a ella barriendo el suelo de cadáveres de insectos alados, y como me dedicaba a intentar identificarlos. Fueron los años del “flix”, un artilugio parecido a un hinchador de bici con un pequeño depósito en la punta.

Al cabo de un tiempo nos enteramos que aquello era veneno para las personas. Que el DDT es un cancerígeno muy potente. Se prohibió. Pero ¿y todos los años que pasamos expuestos a aquella sustancia? ¿Y los litros y litros con los que mi madre roció la cas y que los que vivíamos en ella aspiramos? ¿Dónde estuvo el error? ¿Cómo pudo pasar eso?

Ahora acabo de leer una noticia del Grupo de Estudio Interphone que acaba de publicar en el International Journal of Epidemiology un estudio sobre el uso de los teléfonos móviles y el riesgo de padecer cáncer de cerebro.

Se trata de un trabajo encargado por la Agencia Internacional de Investigación Sobre el Cáncer (IARC), organismo perteneciente a la OMS, para determinar la posible relación entre el uso del teléfono móvil y el riesgo de padecer un tumor cerebral.

El resultado apunta que no se puede establecer una causa efecto, pero el Dr. Christopher Wild, director de la IARC, afirma, desde la postura rigorista que cabe exigir a todo científico, lo siguiente: “Los resultados del informe no permiten concluir que haya un riesgo de padecer cáncer de cerebro asociado al uso del teléfono móvil, pero de igual modo seria prematuro afirmar que no existe ningún riesgo". Y hace un llamamiento a seguir investigando.

¿Y si estuviéramos ante un caso similar al del DDT? ¿Y si al final es que si, que había un dato menospreciado en un principio, una reacción insuficientemente valorada, una respuesta no tenida en cuenta?

A medida que nos tecnificamos nos hundimos en el pozo de la incertidumbre. El próximo informe puede provocar el estrépito. Por eso es aconsejable aplicar el principio de precaución y repensar el uso que le estamos dando al móvil, ese no ser nadie si perdemos la cobertura. La sospecha de la ciencia debería convencernos de ello. De lo contrario ¿que le diremos a nuestros hijos si son ellos los que descubren que si, que las sospechas eran fundadas?

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Estimado Gallego, ¿donde podemos encontrar el audio del programa de hoy sobre móviles y cáncer?
Y también, ¿por qué los audios de tu territorio no están en Onda Cero?

Muchas gracias.

Anónimo dijo...

Estimado Gallego, ¿donde podemos encontrar el audio del programa de hoy sobre móviles y cáncer?
Y también, ¿por qué los audios de tu territorio no están en Onda Cero?

Muchas gracias.

Angel Febrero dijo...

Hola Gallego, ha sido un placer encontrar tu blog, sabes compartimos la admiración por toda esa lista de cientificos y comunicadores que destacas en tu blog.
Saludos desde mi blog "Cuaderno de campo y taller" que te invito a visitar, un saludo, Angel Febrero