El alma del motor es la pila de combustible, que extrae los electrones de hidrógeno previamente obtenido y los convierte en electricidad. Según Jón Björn Skúlason, director de Nýorka, el compendio de empresas privadas y públicas que impulsa el pionero proyecto, todo el proceso es limpio, ya que se obtiene por electrolización de agua (proceso de descomposición mediante corriente eléctrica). "El hidrógeno es un combustible no contaminante si se obtiene de fuentes de energía renovable, y en Islandia, éste se produce con la electricidad de las centrales geotérmicas e hidroeléctricas", detalla Skúlason.
Según datos del Ministerio de Industria islandés, el 72% de la energía producida en esta volcánica isla procede de fuentes renovables como la geotérmica e hidroeléctrica. En 2003, el Gobierno impulsó la apertura al público en Reikiavik de la primera estación de repostaje de hidrógeno renovable del mundo. Seis meses después, la capital acogió la llegada de los tres primeros autobuses propulsados por este combustible limpio, y el año pasado, la de los primeros coches de alquiler.
"Cuando comenzaron a operar los autobuses de hidrógeno, pensé en lo increíble que sería que los barcos de avistamiento de ballenas pudiesen emplear este combustible y aprovechar la energía renovable que se produce en Islandia", señala el capitán del Elding, cuya empresa lleva años buscando medios para reducir la contaminación.
La estación, cuyo aspecto es el más parecido al de una gasolinera convencional, llenará de hidrógeno los tanques de la embarcación cuando el proyecto SMART-H2 eche definitivamente a andar a finales de abril. Aunque existen estaciones como éstas en Europa, Japón y EE UU, la islandesa es la primera que no suministra hidrógeno extraído de combustibles fósiles como gas natural o petróleo. Una vez producido, éste se comprime y se introduce directamente en camiones cisterna.
Publicat per ALDA ÓLAFSSON al diari EL PAIS.
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