Pero entonces pasa algo, sentimos una bocanada de aire fresco, pasa un pájaro que nos embelesa, un rayo de sol atraviesa los oscuros nubarrones. Y apretamos los labios, miramos al frente y decidimos de manera irrevocable seguir luchando.
Y echamos mano, como dejo escrito el maestro, de la mayor de nuestras fortunas: la esperanza.
"Se llega a un punto en que no hay nada más que la esperanza, y entonces descubrimos que aún lo tenemos todo"
José de Sousa Saramago
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