Ha sido al abrir la caja, una caja de conservación de alimentos perfectamente precintada, llegada por transporte urgente directamente desde la huerta que mi buen amigo Federico Aparici y su familia cuidan primorosamente en Cullera.
Dentro; el edén, dentro; los sabores del Mediterráneo, dentro; los aromas de la brisa del mar, del agua mineral que es la lluvia en Cullera y hasta el sabor de los reflejos dorados del sol de junio en aquella tierra bendita. Y todo expresado en forma de tomates y pimientos. Unos tomates que no tienen explicación en estos tiempos del maldito corre-cultiva-y-vende. Unos tomates slow, a la vieja usanza: de sol, agua y amor. Tomates... tomates.
Y los pimientos...
Más que una caja lo que me ha enviado mi buen amigo Federico es un joyero !!!
Siempre me han llamado la atención los escudos reales que llevan algunos productos de calidad bajo el epígrafe "Proveedores de la Casa Real". Bien, yo no sé si los Tomates Lola, como sus naranjas y el resto de los productos que cultivan son proveedores de la casa real, lo que si sé es que yo, al abrir la caja me he sentido como un rey.
Se me ocurren muchas cosas para explicar lo que se siente al oler, tocar y comer estos frutos de la huerta honesta de Tomates Lola, pero la única manera que se me ocurre es esta: http://www.tomateslola.com
Gracias maestro !!!
1 comentario:
Que barbaridad!!!
Que manera de narrar un simple tomate, me quedo con el ritmo slow para todo.
Es la mejor campaña de marketing que se le puede hacer a un tomate. Tengo que probarlos.
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