Leo en la edición de hoy de EL PAIS que una plaga de algas ha invadido el Mar Amarillo de Qingdao, sede de las pruebas de vela, y amenaza con poner en peligro la disputa de la competición. La marea verde afecta a unas 5.000 millas cuadradas de la costa de Qingdao, aproximadamente un tercio de la superficie que se utilizará en estos polémicos Juegos que están apunto de ser inaugurados. "Todo el mar está igual. Son manchas de algas gigantescas, como una gran manta verde, que te frenan el barco. Más que en un campo de regatas, esto es como intentar navegar por un campo de golf", cuenta la regatista española Natalia Via-Dufresne desde Qingdao.
Las explicaciones a la plaga son diversas. La principal teoría apunta al aumento de las lluvias y la temperatura del agua como consecuencia del cambio climático. Otra señala al uso de productos químicos en la industria y la agricultura que han ido a parar al mar a través de ríos y afluentes y que han multiplicado las algas.
Sea como quiera, parece que el cambio climático se ha venido a sumar a los millones de voces en todo el planeta que están en contra de la celebración de un acontecimiento tan importante como los juegos en un país tan antidemocrático como China: el gran verdugo del Tibet y principal enemigo de los derechos humanos en el mundo.
José Luis Gallego
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