19 mar 2010

MUCHO MÁS QUE SUSHI


El atún rojo se podrá continuar pescando y comercializando. La Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas, que se ha reunido en Doha (Qatar) ha rechazado la propuesta de prohibir las exportaciones de esta especie para las capturas realizadas tanto en el Atlántico como en el Mediterráneo. De hecho, la propuesta de prohibición expuesta por Mónaco sólo ha sido apoyada por los representantes de 20 países (entre ellos España) mientras que una amplia mayoría de 68, capitaneados por Japón, han votado en contra y 30 se han abstenido.

La votación ha sido secreta, a petición de Noruega, uno de los 175 miembros de la Convención. De esta manera, Japón, el máximo consumidor de atún rojo del mundo, se ha salido con la suya y ha impuesto su vocación expoliadora sobre una espcie, el atún rojo, cuyo futuro está visto para sentencia.

De ese modo nuestros nietos no comerán el preciado sushi que ha convertido al atún rojo en objeto de deseo. Pero nuestro atún es mucho más que eso. Se trata del pez más rápido del mundo (100 km/h), una animal espectacular, que puede superar los 700 kilos de peso y con más de tres metros de largo, una auténtica maravilla de la evolución, un portento de la mar océana que sin embargo desparecerá en los próximos años.

La situación a la que hemos abocado al atún rojo es el paradigma de nuestro desarrollo: comer hasta reventar, esquilmar hasta agotar, apretar hasta matar. Una sinrazón, un expolio suicida. El atún no tiene amigos. Para los pescadores insaciables y los especuladores del mar el atún solo es una cosa: comestible. Y punto. ¿Biodiversidad? Y eso que eé !!!

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