21 ene 2010

LA CIENCIA DESMONTA EL "CLIMATEGATE"

El periodista Pedro Cáceres publica en la edición de hoy del diario El Mundo un interesante trabajo relacionado con el denominado "Climategate" que alimentó a los ecoescépticos en el cambio climático y que hoy derriba la revista Nature de manera contundente.

La revista Nature, considerada junto a Science como la 'Biblia' de la comunidad científica, se ha lanzado a la arena de la batalla ideológica sobre el clima. Su último número, que aparece hoy, es una respuesta directa al escándalo de los correos electrónicos robados por unos hackers a la Universidad de East Anglia, en Gran Bretaña.

Cuando esos e-mails salieron a la luz, en noviembre pasado, justo antes de la Cumbre de Copenhague, se organizó una sonora polémica a la que se bautizó 'Climategate'. Para los detractores de las tesis del cambio climático, los correos demostraban que los científicos hacen piña para desdeñar a quienes rechazan sus conclusiones e, incluso, maquillan datos para hacerlos compatibles con las teorías.

Ahora, 'Nature' sale a la palestra para desmentir que haya algo en los correos que ponga en duda la existencia del cambio climático o muestre falta de escrúpulo profesional en quienes los escribieron .

Además, aclaran los editores de la revista de referencia de la comunidad científica, esos aspectos poco conocidos del calentamiento global, aun siendo importantes, no invalidan la conclusión de que la atmósfera se está calentando por los gases de efecto invernadero. Y ni siquiera se han ocultado nunca las incertidumbres. Nature recuerda que el último informe del panel de expertos de la ONU, de 2007, señalaba que había «54 incertidumbres clave que complican la ciencia del clima».

En su edición, 'Nature' engloba esas 54 dudas en cuatro grupos y las airea con la intención de que se pueda hablar de ellas abiertamente sin padecer ese «clima de sospecha» que entorpece el avance de la investigación. Las críticas a la ciencia del clima, tienen cada vez una motivación más ideológica que técnica, afirma el editorial de la revista, que aleja toda sospecha sobre la más evidente de las incertidumbres ambientales a las que debemos hacer frente: la del cambio climático de orígen antrópico.

Podéis leer el artículo completo aquí.

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