Ha muerto la microbióloga norteamericana Lynn Margulis, figura indispensable en la divulgación científica del siglo XX, con quien tuve la suerte y el honor de participar en algunas reuniones de trabajo para preparar una obra divulgativa bajo la tutela de su gran amigo el profesor Jorge Wagensberg, a quien desde aquí envío mi consuelo por su pérdida. Se trataba de hacer accesible al gran público su famosa Hipótesis Gaia, injustamente atribuida en solitario a James Lovelock. La obra al final no vio la luz.
Siempre me he preguntado que hubiera sido si en lugar de ser mujer Lynn hubiera sido un señor, un caballero como el resto de los que copan el cénit de la divulgación científica moderna. De echo me pregunto si los últimos resquicios del machismo más intolerante no se conservan precisamente ahí, en esa pipeta impenetrable dónde los que deciden la celebridad son ellos, los machos alfa de la ciencia, algo que me confirma la idea de que a menudo inteligencia y sabiduría no van unidas. En todo caso es un territorio en el que no voy a adentrarme mucho más. Ahí lo dejo.
En cualquier caso, por encima de su indiscutible talla científica, inmensa, la doctora Margulis era también un grandísimo Ser Humano, una mujer vital, bella, muy alegre, con un finísimo sentido del humor y un castellano del todo perfecto. Gran amante de nuestro país, acudía a España muy a menudo a dar conferencias, participar en seminarios o en grupos de investigación. Daba gusto oirla porque cada una de sus frases era un aforismo de divulgación científica.
Mi compañero y amigo Antonio Madridejos ha elaborado un perfil sobre ella en El Periódico que copio y os dejo a continuación.
Descansa en paz Lyyn, nunca olvidaré tu amable mirada llena de optimismo, y siempre seguiré recurriendo a tu gran sabiduría, humana y científica.
La bióloga estadounidense Lynn Margulis, conocida especialmente por sus estudios sobre el origen de la vida y la evolución de las células y las bacterias, así como por su contribución a la hipótesis Gaia, falleció el martes en su casa de Armherst (EEUU) a la edad 73 años. Recientemente sufrió un ictus del que no se recuperó.
Margulis, nacida en Chicago en 1938, era licenciada en Ciencias por la Universidad de Chicago y doctora por la de California-Berkeley. Fue catedrática en la Universidad de Boston y actualmente era profesora del departamento de Geociencias de la Universidad de Massachusetts.
Margulis mantuvo un contacto estrecho con Catalunya e incluso trabajó con bacterias en el delta del Ebro. Hablaba perfectamente español y colaboraba con diversos investigadores de la Universitat de Barcelona (UB). La investigadora, que fue la primera esposa del astrofísico Carl Sagan, ya fallecido, tenía un espíritu divulgativo inigualable, muy atractivo para el gran público que asistía a sus numerosas conferencias o leía sus libros de prosa muy amena.
HIPÓTESIS GAIA
A partir de sus estudios sobre bacterias, la investigadora propuso una hipótesis, original y controvertida, como mecanismo evolutivo para originar nuevas especies. Se trata de la simbiogénesis: dos organismos que han evolucionado por separado se asocian en un determinado momento, su asociación resulta beneficiosa en el medio en el que viven y finalmente acaban siendo un único organismo. Los postulados de Margulis encajan perfectamente en la teoría darwinista de la evolución: los organismos aparecidos por simbiosis serían variedades mejor adaptadas que superan la selección natural.
A finales de los años, el físico británico James Lovelock, con el respaldo científico de Margulis, lanzó la célebre hipótesis de que la Tierra y todos sus seres vivos constituyen una entidad compleja autorregulada, al que llamaron Gaia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario