Hoy he tenido un cara a cara difícil en televisión. Un tema delicado, con muchos intereses en juego y muchas sensibilidades a flor de piel. Se trataba de nuevo de defender la protección del entorno ante los intereses privados. De afear la conducta a quienes no creen que esto del medioambiente vaya con ellos. De llamar al orden a los que anteponen el provecho propio al bien común.
Estaba tenso. Muy seguro de lo que queria decir si, cargado de razones por supuesto: pero azorado por la situación. Nunca me siento cómodo en los debates cara a cara. Siempre tiendo a buscar el encuentro, el pacto, a situar el debate en la gama de grises, en ese término medio que da tantas posibilidades al consenso. Y a veces muchos ven en ello debilidad y falta de convicción.
De repente mi amigo Ferran, el regidor del programa, me ha mirado y me ha dicho "15 segundos y dentro".
Entonces he cerrado los ojos y he huido por la ruta de la memoria al fin de semana, a este fin de semana de almuerzo en el campo, a estos dias de color verde, azul y transparente que he gozado con mi família y mis amigos. He cogido fuerzas y me he lanzado a defender aquello en lo que siempre he creído y a lo que vengo dedicando toda mi vida... y ha ido bien, ha ido muy bien (gracias, querida naturaleza, por acudir en mi auxilio)
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