Esta tarde ha llovido en el campo. Son, estas lluvias de junio, como agua de colonia y salir a pasear tras la tormenta es caer en una embriaguez de aromas de naturaleza. Hay olores que asocias a un recuerdo, a un instante preciso anclado en la memoria. Son instantes que solo emergen al acicate de una nota olfativa.
En mi caso el viaje de esta tarde de lluvia a un verano de hace más de treinta años me lo ha pagado una flor de lavanda, una flor empapada de agua limpia. Yo era un niño y acompañaba a mi abuela a por leche a la granja del pueblo. Al cruzar la riera arrancó una flor de lavanda y me la metió en el bolsillo. Esa noche me dormí oliéndola.
Mi abuela me enseñó a amar el campo, y esta tarde me la ha devuelto el agua de la lavanda.
José Luis GALLEGO
(Publicado en la revista INTEGRAL)
No hay comentarios:
Publicar un comentario